Al fin, después de esperar más de un año, he podido acariciar, oler, hojear y ojear la poesía completa de Sylvya Plath. Pepo Paz me entregó, el pasado viernes, uno de los ejemplares, todavía caliente, "robado" de los destinados a la prensa y he de confesar que tenerlo entre mis manos fue una experiencia de las que se viven pocas veces. Ni siquiera con un libro propio he tenido una sensación parecida. Como si intuyera que en ese grueso volumen de Bartleby Poesía, editado con meticulosidad y pasión, se concentrara una parte esencial de la más honda poesía que ha dado el siglo XX. Sí, es la edición de los Collected Poems que realizo Ted Hughes. Traducida, prologada y anotada con exhaustividad, en un esfuerzo heróico, hasta cierto punto erótico y apasionado, por el poeta gallego Xoan Abeleira. He releído el histórico prólogo de Hughes y la nota preliminar de Abeleira una y otra vez. He releído poemas al azar, he manoseado una y otra vez el volumen... He vivido, en definitiva una experiencia extraña, como si, en mi condición de director de la colección, cobrara, de pronto, conciencia de estar ante un acontecimiento irrepetible. Una celebración, con mayúscula (como las celebraciones mágicas de Claudio Rodríguez) de la poesía.
Pensé en el placer personal que el hecho me producía (un placer siempre inexplicable, como casi todo lo que tiene relación con el arte), sin duda, pero también pensé en que el volumen de más de 600 páginas, abordado por una pequeña editorial que acaba de cumplir sus primeros 10 años de vida, es la muestra viva de que la tenacidad, la confianza plena en el poder de la buena poesía y de la buena literatura (frente a tantos conseguidores de subvenciones oficiales atrincherados detrás de sellos editoriales que fueron innovadores y prestigiosos y arriesgados un día lejano) a veces se abre camino en un mar de hostilidades, ya sean visibles y abiertas, ya lo sean ocultas y sinuosas. ¡Bien por Bartleby!, me dije casi sin ser consciente de que desde los primeros pasos de la editorial, desde una sobremesa de otoño (quizá no fuera otoño, tengo dudas) en la que Pepo Paz y yo pudimos recrearnos en el diseño raro, rupturista, casi näif (recuerdo el escepticismo ante el diseño de algunos poetas mayores que luego editarían en Bartleby), que nos había preparado Sandra Zabala.
Bien por Bartleby, que ha editado la poesía completa de la Plath, que ha editado la mejor traducción de la poesía de Carver de la mano de Jaime Priede (a años luz, por cierto de algún precedente conocido en editorial poética de renombre), que ha rescatado, a la luz de la sensibilidad de los jóvenes poetas del siglo XXI, obras maestras de nuestros poetas consagrados en el siglo XX (Bonald, Grande, Jiménez, González, Gamoneda....); bien por Bartleby porque ha arriesgado descubriendo nuevos nombres de nuestra lírica, editándolos (aunque hubiera, después, cazadores al acecho del descubrimiento ajeno): Julieta Valero, Marcos Canteli, Isabel Pérez Montalbán, David González. Bien por Bartleby que gritó, en libro, contra la barbarie del 11-M. Bien por Bartleby por su generosidad con las víctimas de algunos exquisitos reacios a editar a poetas de edad por ser "sociales". Bien por Bartleby que descubrió y entregó a nuestra exigua comunidad poética joyas como los libros de C. K. Williams, de Billy Collins, de Anne Michaels, de Sharon Olds, de Tess Gallagher... (de la nueva colección de narrativa ya hablaré en otro momento).
Y bien por Bartleby porque todo eso lo ha hecho (lo hemos hecho) a "puro huevo": sin un premio que llevarse a la boca (y a mucha honra); sin una red de críticos prestos a abrir, de inmediato, las páginas del suplemento de turno a la novedad del mes; siendo exigente con las traducciones, con los libros a editar, buscando la innovación en sus colecciones o series, sabiendo que no hay poesía joven posible si se arrumba la memoria poética de los mayores. Y sobre todo, con un principio que es el principio madre de todos los principios: amor a la poesía, amor insobornable a la literatura. Y respeto al pluralismo realmente existente frente a la lógica del amiguismo y la tendencia (de un lado y de otro) a la que tan propenso es nuestro mundo poético. Un pluralismo sustentado en una base esencial: la poesía de calidad, el afán innovador no gratuito, la conexión del poema con las grandes incertidumbres del presente.
Sylvia Plath y su poesía completa, con el sello Bartleby Editores bien visible en una hermosísima poetada, es el mejor regalo de cumpleaños para la década de vida de tan apasionante proyecto. Un regalo para la editorial y para su menguadísima "plantilla". Pero, sobre todo, un regalo de dimensiones inabarcables, para los lectores de poesía, de literatura de la buena, de España y de Hispanoamérica. Nada más y nada menos. Estoy seguro de que nunca Bartleby el escribiente, el inmortal personaje de Melville, aplicaría a esta iniciativa (como a tantas otras de la editorial) su legendario lema "preferiría no hacerlo". Más bien diría todo lo contrario.
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7 comentarios:
Leo la noticia en el blog de Antón y vengo pitando, Sylvia es vital para mí como lectora. Leo lo que cuenta y pienso que a ver cuando los demás mortales podemos disfrutar de este libro.
Saludos y gracias por el aperitivo.
Hola, Sonia. El libro lo tiene ya el distribuidor y comenzará a enviarse a las librerías a partir del próximo lunes 13 de octubre. Ahora mismo sólo tiene la opción de las preventas en www.casadellibro.com
Sr. Rico:
Para detectar el intrigante (y en cierto modo, desconcertante) periplo editorial del conjunto de su obra, basta fijarse con detenimiento en las páginas 223 y 224 de Monólogo del entreacto (disculpe, pero el recuadro informático en el que escribo esto no me permite plasmar el título en cursiva). Y para entrar en un universo literario capaz de envolver, atrapar, intrigar y conmover de verdad al lector sensible (e, inevitable es decirlo, inteligente), hay, sencillamente, que leerle, aunque, eso sí, despacio y con suma atención, pues sólo de este modo la experiencia lectora puede tornarse en emocionada celebración estética. Gracias, de corazón, por todo lo que, en sus inolvidables días y años, ha venido escribiendo y publicando. Es usted un artista fascinante: su escritura, además de imprescindible e increíblemente evocadora, placentera y adictiva, se impone con una brillantez, un lirismo y una precisión léxica como muy difícilmente puede encontrarse en lengua española. De nuevo, gracias por su continuado esfuerzo y trabajo.Por favor, no deje usted nunca de narrar ni de publicar (cualquiera sabe en qué editorial)en los años futuros. Reciba mi sincera y profunda admiración.
Sólo la elección del pseudónimo, "Tren abandonado", es una forma de acceder al nucleo emocional de mi obra: en él está mi novela "Trenes en la niebla", y las estaciones abolidas en esa suerte de triángulo de las Bermudas de la región de Madrid que es la sierra norte, de mi libro viajero "Por la sierra del agua". Y cómo no, los trenes nocturnos de mi libro de poemas "De viejas estaciones invernales". Gracias por tu comentario, que tiene la virtud de justificar y dar sentido a mi trabajo, muchas veces en la sombra, de muchos años. La desconcertante e intrigante peripecia editorial de mi obra a la que aludes sólo tiene una explicación: siempre me he movido al margen de los cenáculos literarios y de las capillas que deciden sobre los títulos de las colecciones y editoriales más sonadas. No es ningún mérito: mi trabajo profesional y la falta de tiempo libre para hacer otra cosa que no fuera mi obra (robando horas al sueño y a los fines de semana) lo impedía. En todo caso, cada libro ha tenido una salida editorial digna. Aunque con desigual distribución. Me hubiera gustado que todos los de poesía hubieran sido acogidos en una colección y todos los de narrativa en otra. Todo se andará. Creo que el tiempo, principal juez en esto de la literatura, va haciendo justicia a mi obra. Ahora, después de tantos años, soy consciente de que mis libros tocan el corazón y la sensibilidad estética de mucha gente. Como tú, extraño "Tren abandonado". Gracias de nuevo por tu comentario.
Estimado Manuel Rico:
RNE ha emprendido un camino que, por controvertido, está indignando a muchos de sus oyentes. Lejos de comportarse como un servicio público, garante de la calidad y la cultura, ha pasado a creerse una empresa privada, anteponiendo lo comercial al interés general y eliminando programas de una calidad indiscutible, creando otros de una calidad ínfima, sorteando coches para atraer oyentes, etc.
Un nutrido grupo de oyentes, indignados ante el cariz que están tomando las cosas, nos hemos reunido espontáneamente en torno a un blog. La chispa que ha prendido la yesca ha sido la inexplicada desaparición de La Noche Menos Pensada. Un programa de suma calidad, con unos colaboradores ilustres y un presentador excepcional. Recordamos con emoción y agradecimiento que Usted participó en nuestro querido programa.
Las quejas individuales siempre se han estrellado contra la barrera que supone la Defensora del Oyente, que siempre devuelve el mismo mensaje pregrabado. Ante tal abuso, hemos nombrado a nuestro colectivo Salvemos La Noche Menos Pensada y estamos adoptando una serie de medidas para para aunar fuerzas, hacer pública nuestra postura y reclamar con una sola voz la restitución del programa.
La que consideramos más importante es una recogida de firmas virtual (en internet), debido a nuestra amplísima dispersión geográfica, en apoyo de un manifiesto que reclama la vuelta de La Noche Menos Pensada y el cumplimiento de ciertas tareas que deberían ser obligatorias para toda radio pública.
A los colaboradores, invitados del programa y también a personas de cierta relevancia social nos atrevemos a sugerirles que nos escriban un texto para una sección dentro del blog que se llama "Yo Firmo Porque..." Creemos que con sus palabras pueden motivar a otras personas a apoyar nuestra causa, amén de ofrecer la posibilidad de expresar su punto de vista sobre este particular. Ya hemos obtenido varias respuestas positivas.
Le pido fervientemente que eche un vistazo a nuestro blog para conocernos mejor y que se pase por la página que aloja el manifiesto. Estoy convencido de que encontrará suficientes razones como para honrarnos con su firma. Quizás también quiera hacer una contribución a nuestra sección "Yo Firmo Porque...". Se lo agradeceríamos de manera muy cordial.
Atentamente:
José Vicente España Honrubia (colectivo ''Salvemos la noche menos pensada'').
Sr. Rico:
No será para usted nada difícil imaginar el sosiego que me ha producido su respuesta a mi comentario de ayer, 11 de octubre, porque verifico algo que, a priori, ya intuía, pero que necesitaba íntimamente confirmar: ninguna circunstancia adversa (entre las innumerables que a diario acontecen en la alucinante tramoya literaria española) ha podido ni podrá jamás influir negativamente en el proceso creador de sus obras, ni ahogar o quebrar la inexcusable fe e ilusión
que todo gran artista debe mantener hasta su último día.
Comprendo que "Tren abandonado" haya llamado su atención. De mí, ahora únicamente (por respeto y prudencia) debo revelarle algo que es absoluta verdad: nací varón y, en pocos meses (el 17 de enero de 2009), alcanzaré los cincuenta años. De igual modo, en ese mismo enero próximo, se cumplirán cuatro años de la aparición en mi vida, a través de un encadenamiento causal extraordinariamente inquietante y enigmático, de la mujer soñada (mi alma gemela, en realidad), con quien terminaré casándome algún día.
No deseo, en modo alguno, robarle tiempo ni atención. Pero si usted quiere, si usted intuye que puede ser positivo (quién sabe para qué o para quién), me encuentro en condiciones de hacer referencia a determinados momentos pictóricos, musicales y cinematográficos que considero fundamentales para una más profunda inmersión en su mundo literario. Si su respuesta es afirmativa, necesitaré tiempo -días, quizá- para ordenar las ideas, por lo cual, si mi nuevo comentario tarda en aparecer, no piense, de ninguna manera, que se trata de una broma.
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