Recibo, por diversos canales, invitación para acudir al Encuentro de Intelectuales Antifascistas en conmemoración del 70 aniversario de la celebración del Congreso de Escritores en Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia. Otras ocupaciones y la falta de tiempo libre me impedirán estar presente en un acto que me parece muy importante en los tiempos que corren (más aún tras la victoria de Sarkozy). Sin embargo, al ver el programa de actividades, las conferencias y encuentros advierto, más que un encuentro de intelectuales y escritores antifascistas, un encuentro antiglobalización en el que no parece haber espacio para quienes, desde posiciones tan antifascistas, al menos, como las que expresan los participantes, tenemos una visión quizá menos esquemática, más compleja y matizada, tanto del sistema en que nos movemos como del proceso de globalización. Para quienes, en definitiva, concebimos el antifascismo como un amplio y rico espectro de organizaciones, personas, ingredientes culturales, sociales, políticos que van del centro izquierda a la izquierda más radical, pero que no se sitúan en exclusiva en la visión que, dado el perfil de los panelistas, parece expresar el Encuentro.
La evidencia de que se trata de un encuentro circunscrito a una sensibilidad en el universo de las políticas de progreso, de izquierdas, está en que muchos narradores, poetas, críticos que se consideran antifascistas y de izquierdas, tan herederos como los que más del Congreso de 1937, han conocido la celebración del encuentro ahora, cuando reciben la correspondiente invitación. ¿Existen documentos sobre los que reflexionar y debatir? ¿Se ha elaborado algún proyecto de declaración y se ha distribuido a los numerosos escritores que en la península ibérica comparten una actitud antifascista para recoger sus aportaciones, sus sugerencias, o simplemente para que elaboren una propuesta alternativa en caso de no estar de acuerdo? ¿Se ha pedido participación a las distintas asociaciones de escritores existentes en España? Ni siquiera la invitación es utilizada como cauce para solicitar la participación del invitado.
En cualquier caso, se trata de una iniciativa de gran interés sobre cuyo desarrollo hemos de estar atentos. Al menos, yo lo estaré. Lo que no obsta para que piense que encuentros de esa naturaleza podrían tener una repercusión enorme si se afrontaran, en su organización y preparación, con un talante abierto a las diversas sensibilidades del antifascismo y se abordaran, también, a través de un proceso de participación de gentes o representantes de todas esas sensibilidades. No hacerlo así limita la repercusión del Encuentro, la circunscribe al espacio de los iniciados y lo puede situar en una marginación que el propio concepto "antifascista" no se merece.
Espero, de todos modos, que el Encuentro tenga una repercusión pública significativa. Y que estas notas sean vistas/leídas como una suma de ideas para la reflexión. O como una forma de participación de alguien que, por las razones arriba expuestas, no podrá estar en Valencia.
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1 comentario:
Esperemos que sea bien interpretado,pero es difícil que no se acabe politizando el encuentro.
Un abrazo
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